Un papel es muy sencillo de romper pero, el corazón de una persona también es muy sencillo de joder.
Desde pequeños a los niños se les enseña a respetar a los compañeros, amigos, ancianos… con el fin de tener un ambiente sociable y agradable.
Pero siempre hay un gilipollas en cada clase que estropea esa armonía de paz que se respiraba.
En la época que estamos hay que tener mucho cuidado con los sentimientos de los demás, porque se puede hacer mucho daño...